miércoles, 7 de abril de 2010

3:00 am

Era noche, noche de cielo despejado, noche de luna llena y un frío que calaba los huesos,
con una ciudad a mis espaldas tranquila y vacia. Decidí encender un cigarro para mitogar la ansiedad, casi daban las tres de la mañana...

La cita se acordó a esa hora, una hora mágica para él, en la que no le gustaba andar solo fuera de casa; creía que era el tiempo cuando rondan los espíritus, las dimenciones se abren y la gente se pierde a veces sin saberlo. Desde hace tiempo tenía miedo de desconectarse, salirse del mundo, olvidarse en si mismo.

... ____ - A veces creo que nada es real, es solo una compleja invención de nuestras mentes, que somos solo energia con pensamiento propio suspendidos en el universo, inventándonos cada día un motivo, una finalidad la cual llevar a cabo justificando continuamente nuestra existencia.
A veces estoy tan vacío q me angistio, no entiendo nada, ní a mí mismi, no me reconozco, me frustro, y entonces rio en medio de mi desesperacióna causa de mi dependencia, de mi miedo por no soltarme y al darme cuenta que no estoy vacío.

El viento sopló con fuerza obligandome a cerrar los ojos y volver a la espera. Mi cigarro estaba a punto de terminarse cuando ví su silueta al fondo de la calle. Un rayo cruzó mi cuerpo congelándome mas que el frío mismo. El golpe con la realidad fue duro y desconcertante, decidí no hacerle caso. Me alegre por que aun faltaban tres minutos para la hora y no se encontraría solo.

Nos sentamos de frente a la ciudad mirándola con calma, contemplando cada rincón de ella... Sus cerros, las calles serpenteantes, sus farolas amarillas, los callejones oscuros, dos antenas de radio en lo alto, mientras que a lo lejos se escuchaban unos perros aullando.
-"Tal vez porque ya son las tres de la mañana y ellos logran ver esa realidad alterna que nosotros negamos; finalmente ellos no están sometidos a prejuicios ni racionalismos."

Asi pasamos varios minutos sin hablar, cuando su mano tocó mi hombro, nos pusimos de pie y entramos al coche...

-Oye podrias pasarme mi balón por favor?
- Ay no!, esta hasta allá y me da hueva
- Pinche fresa!!!
- Wei vente aquí hay otro balón, al rato vamos por ése.
- Toma tu balón, y no soy un pnche fresa!

Eramos adolecentes aquél día q nos conocimos y ahora había pasado cinco años desde entonces.

Mientras manejaba miraba su rostro, esos ojos inmensos, el piercing de su labio inferior, y los pucheros que inconcientemente hacía...

"Pienso en tí pero no como en un todo, sino en mil caminos, infinito...
descalzo, desnudo, demente, te siento, te abrazo..."

Tomé su mano y pregunté: Estas seguro?
quería encontar en su repuesta mi propia respuesta
-No lo sé, mas no por ello me echaré pa'tras.

Le sonreí, me sonrío, y supimos entonces que estabamos de acuerdo, aceleré hasta quinta mirando como la ciudad quedaba atrás y manejé así en línea rect sin importar nada.

-Detenemos éste momento o detenemos nuestro existir ¡chingao!.

Por fin nos estregaríamos al vacío...



2 comentarios:

  1. el cuento que se lee como corto. atiné en que no era del todo ficción, y en que eran varias historias en una.

    ResponderEliminar